Ya te platicamos anteriormente en el artículo “huertos urbanos” link sobre que es un huerto, pero quisiéramos profundizar sobre el impacto que este puede generar. Tan sólo imagina: ¿Qué efecto puede tener un solo huerto alrededor de niños ávidos por aprender? ¿Qué diferencia habrá en una empresa que no tenía vida natural a una con espacios verdes de producción de alimentos? ¿Qué nuevos trabajos surgirán para aquellos que migran a buscar nuevas oportunidades? ¿Qué puede hacer un simple huerto de 1 m2 para evitar el hambre en zonas vulnerables?
La cultura es un conjunto de valores, creencias y sistemas que estimulan ciertas conductas y actitudes en los individuos. Es así que podríamos decir que el consumismo, es una cultura que gira en torno al consumo excesivo sin percatarse del impacto que genera el acumular y comprar cosas. Por lo mismo, una cultura centrada en lo superficial y el materialismo estimula que el consumo se propicie para así aumentar la ganancia de unos cuantos. Sin embargo, la época en la que estamos exige cambiar de pensamiento y buscar cultivar una cultura mas consciente y menos dependiente de consumir en exceso. Una cultura de la sostenibilidad donde los individuos comprendamos que las generaciones futuras requerirán de recursos para vivir bien, pero si nos acabamos esos recursos eso se complica. Por ende, la sostenibilidad nos habla de consciencia, proactividad, consumo responsable, empatía y pensamiento sistémico. Esto significa que no somos máquinas de consumo, sino seres vivos con sentimientos, sueños, necesidades, fortalezas y debilidades que buscan hacer sinergia con su entorno para garantizar un mejor futuro. En resumen, consumir como si los recursos fueran infinitos nos llevará a que el sistema se desmorone, mientras que un pensamiento más enfocado a la sostenibilidad podrá permitir que vivamos bien, plenos y más equilibrados.
Es difícil cambiar de cultura, pero todo empieza a partir de pequeños mecanismos que instalamos para modificar conductas. La educación es uno de los pilares que modifican, mantienen o reestructuran la cultura y por ello invertir en ella es una forma de transformar la sociedad. Mucho de lo que hacemos en la vida, está enmarcado por nuestra cultura y los hábitos que tenemos. ¿Qué pasaría si modificamos esos hábitos a través de nuestros mismos hábitos de consumo?
Los huertos urbanos surgen como una forma de cambiar esa cultura al ser una forma de consumo y al mismo tiempo un mecanismo que nos ayuda a formar un hábito más sostenible. Nos referimos con esto a una serie de hábitos que nos ayuden a convivir con la naturaleza al imitar su ejemplo, aprender de ella, mejorar la relación con nuestro entorno y más. Parece sencillo e inclusive innecesario, pero nuestra forma de ver a la naturaleza influye en nuestra manera de interactuar con ella. Si yo la veo como un objeto, es probable que la maltrate, la pisotee o simplemente ni la valore. En cambio, si la veo como un ser vivo, mi relación será de más paz, sinergia y colaboración sostenible. Curiosamente la forma en que me relaciono con mi entorno también es similar a mi forma de relacionarme con otros y conmigo como individuo.
Viéndolo desde esa perspectiva el huerto abre un gran panorama de posibilidades como un medio tangible para transformar la sociedad. Niños educados con huertos urbanos desde los primeros años de edad, jóvenes creciendo con huertos en sus casas, familias enteras alimentándose del patio de su casa, empresas con espacios de ocio que involucren menos pantallas y más vida, casas hogares con espacios de desfogue naturales y universidades que alimentan su propia cafetería con sus huertos. Todo esto son realidades que ocurren en diferentes partes del mundo, y que son aspectos que pueden acoplarse a nuestra realidad.
Es por eso que el huerto lo dividimos en tres ejes principales, puesto que son numerosos los beneficios, el huerto al final tan solo es un espacio físico, visible y tangible que lo que proporciona no es solo una linda vista sino una experiencia sensorial, de aprendizaje, personal y natural. Los tres ejes serían: El huerto como espacios: de producción de alimentos; verdes y naturales; y educativos y comunitarios.
1. Espacio de producción de alimentos.
Esto implica que la producción ya no depende de un espacio agrícola externo a miles de kilómetros. Sino que parte de los alimentos se pueden producir a 0km de distancia, más fresco y conservando nutrientes. La producción de alimentos en espacios pequeños es posible, y de acuerdo con la FAO en un m2 se pueden producir hasta 50 kg de alimento fresco por un año. Aprovechando técnicas como el huerto biointensivo, rotación efectiva de cultivos, uso de sustratos orgánicos, producción de composta, y entre otros se puede maximizar la producción para familias en condiciones vulnerables.
2. Espacios verdes y naturales
De acuerdo con la OMS, se necesitan un mínimo de 9m2 de área verde por habitante para asegurar un aire limpio y purificado. En Monterrey por ejemplo, se tiene un déficit de casi 4 m2 por habitante, lo que implica que se deben aumentar estos espacios. Mantener áreas verdes cuesta, pero ¿qué pasaría si esas áreas verdes pudieran además generar alimentos?Por otro lado, se ha comprobado que los seres humanos requerimos de tener interacciones con la naturaleza para mantener una mayor salud mental. Las empresas, compañías, escuelas, casas hogares y otros podrían gozar de estos beneficios con tan solo invertir en áreas verdes que promuevan la curiosidad por estar y la interacción continua.
3. Espacios educativos comunitarios
Considerando que el huerto en sí es una experiencia, la educación encuentra una gran área de oportunidad para explorar la biología, las matemáticas, las ciencias naturales, el desarrollo humano en un lugar rodeado de naturaleza. Por ende el huerto urbano, enseña no sólo a cultivar alimentos, sino también explora la colaboración activa y trabajo en equipo para asegurar un determinado resultado. La mejor manera de aprender es teniendo la oportunidad de experimentar y el huerto urbano es un sitio perfecto para vivir y explorar la naturaleza que un libro de texto solo te puede contar.
En resumen, estos son los ejes principales del huerto urbano. Si te ocurre otra cosa o quieres saber más no dudes en escribirnos.
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